viernes, 18 de febrero de 2011

Estreno On-Line

Estimados miembros del Contubernio:

Os invito a ver el primer largo documental Ocioso de manera On-Line.Está participando en el Atlantida Film Fest, estará en cartel hasta el 5 de Marzo.Lo podeis ver por 2€ en http://www.filmin.es/pelicula/colors-notes .Animaros a comentarla y difundirla si creeis que vale la pena.

Más información en web de la peli :
www.colorsnotes.blogspot.com

un abrazo ocioso

jueves, 10 de febrero de 2011

A VECES ELLA

Tiene esa especial levedad en susurrar sus cosas de forma ausente, como repitiendo un dictado que le viene de lejos, con los ojos perdidos fuera del tiempo. Yo siempre la escuchaba atento, queriendo captar la realidad que se escondía detrás y alcanzar el verdadero sentido de sus impulsos, pero invariablemente un fino velo impedía nuestro encuentro definitivo, camuflándose entre lo misterioso y lo imposible.
Algunas veces, no sé porque razón, se mostraba sin pudor, de forma natural y brusca. Pero en esos momentos la desidia o el peso de la verdad me abrumaban, y entonces era yo quien se escondía detrás de una timidez ensayada, posponiendo una vez más nuestro encuentro, jugando a extender su misteriosa magia entre nosotros. Puede que en el fondo sintiera que de producirse ese encuentro se perdería la razón del motor mismo de nuestra atracción, el sentido de la búsqueda desesperada de ella, al otro lado, del lado en que ansiamos encontrarnos.
Aunque nuestros encuentros no se producían con la frecuencia que nos hubiera gustado. Teníamos unos trabajos, unas rutinas que cumplir como hormigas programadas en una gran colmena que nos superaba a todos, y de la que habíamos perdido el control, el sentido, y hasta la noción misma de su existencia. Ahora ya sólo se trataba de continuar la rutina, que había adquirido tanta historia e inercia como nuestra propia civilización. Entre nuestros horarios apretados y nuestras ausencias diseñadas había momentos en que aún conseguíamos encontrar un rato para nosotros. Era entonces cuando jugábamos a ese buscarnos sin signos, a ese querernos sin gestos, a ese mostrarnos sin palabras.
Yo miraba detrás de sus palabras, ella también. Yo buscaba en su interior, y ella también. Nos fundíamos en un tiempo lejos de cualquier rutina enseñada, construíamos nuestro ring de lucha, y nos entregábamos despreocupados de las consecuencias. Yo tiraba anhelante del hilo de sus desvaríos susurrados que me tendía seductora, decidido y valiente, queriendo llegar al otro lado de donde se dictaba su mensaje leve e inconexo, pero con prudencia para no llegar antes de que ella estuviera preparada y deshacer el hechizo que nos ataba. Porque yo pensaba que nos empujábamos uno a otro inevitablemente hacia la perfección.
Siempre era la rutina la que nos sacaba de nuestros juegos, nunca faltaba a la cita y se iba haciendo dueña de nuestros rings a golpes, iba señoreando todos nuestros mensajes, despojándoles de toda profundidad que le daba el conocimiento del otro lado, borrando los dictados que daban transcendencia a nuestras palabras. Se levantaba un muro de silencio denso y opaco, de forma lenta y trabajada, entre nuestra consciencia y nuestras palabras, entre sus palabras y el otro lado, entre ella y yo.
De todos modos, a veces ella, sólo a veces, vuelve a conectar conmigo, a mirarme de aquella manera que sólo ella puede, y me vuelve a arrastrar hacia su búsqueda desesperada, hacia ese escucharla atentamente queriendo alcanzar el otro lado que me enseña y yo apenas alcanzo a distinguir. A veces ella puede encontrar esa rendija imposible en el muro que nos separa para llegar hasta mí, desde el otro lado misterioso, reclamando su existencia. A veces ella...

miércoles, 2 de febrero de 2011