jueves, 7 de octubre de 2010

Fandango de la cuchilla

No soy yo quien abre la espuma

otros han sufrido más vértigo
al tocar con sus huesos
el frágil silencio de los cristales

Yo los he visto
levantar el polvo de los caminos
y estremecer con sus talones
las fuentes del dinero
escuchando el sonido sordo
de las alcantarillas

Con el rostro demacrado por el naipe
jugoso de la oficina

Yo los he visto
en la penumbra de los salones
fumar abismo

Otros más valientes
se han colocado en la cornisa de los acordes
mecidos por las sirenas
de los coches de policía

Y han saltado por la ventana de sus sueños
enamorados de la noche interminable

Han derribado con sus bramidos
las estatuas de la justicia
y han lucido sus solapas
las medallas huecas de los infiernos

Otros más audaces
han logrado
tocar con la punta de sus tenedores
el metal de las auroras

el vientre del pueblo


Otros enterraron sus manos
en el epicentro de los paladares
y su tierra incendiada

y ardieron solos mientras ardían

otros clavaron su nombre
en la última página
de los suspiros
de incienso

y ascendieron a la memoria
como quien atraviesa un río con los ojos de un muerto

Detrás del deseo
habita el olvido

No soy yo quien se despierta
en mitad del camino
con los tobillos sepultados
bajo la tregua

Ese que se estremece
con el sonido de un alfiler
al caer en el agua


El aire frío de los cuchillos
penetra mi carne
El aire frío
de las campanas
enciende mis besos

que como satélites duros
vienen del amor
a clavarle un diente de hidrógeno
a la galaxia

Tengo puesta la chaqueta de las crujidos
y los luceros molidos por espuela

son míos
tan sólo míos

y no de nadie

tan sólo míos

Soy una porción de exilio
esquilando la correspondencia

mientras los edificios de tristeza
van masticando mi cabello

Mi cabello de monedas y soledades

Mi cabello de perfume oscuro
y catre abierto por mis entrañas

y el alcohol de los espejos
al derribo
van frecuentando mi alma
cuando despierto

Cuchillas y espuma
marinero

y el reloj de cianuro
trabajando las calles de la madrugada

Quieta la casa
Quieto el mundo

cuando me afeito la máscara
hasta dejar mi naufragio al descubierto

Quieta la casa
Quieto el mundo

No soy yo quien abre la espuma

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