La matemática azul de las suelas alimenta las llamas del subsuelo
La posada de la niebla acoge también a los transparentes huéspedes de la lentitud
La mente giratoria de los ejes del mundo fluye entre las hojas del abecedario
como un pájaro construye su nido en el bolsillo interior de nuestro cerebro
La concordancia de las caricias planea hacia la bestialidad de los epílogos
Cava una fosa en la página de esta novela y túmbate sobre la espuma de las jóvenes prostitutas del paraíso
Una rosa vertical humedecerá los huesos de los pájaros
La distancia más breve entre tu esqueleto y el amor es impronunciable
Afila el instinto y penetra en los puertos de la riqueza excitante
El lecho de espirales compromete la puntualidad de los trenes
La habitación de la sangre estrangula la frondosidad de los contornos
Un cementerio es un laberinto de tumbas
Arráncate dadivoso el cerebelo
porque las playas son agudas reverberaciones para las hélices soñadoras de tu revolver averiado
Lee el periódico al revés
para que las persianas esculpan un horizonte distinto
El espectro del meteorito revienta contra los ventanales de la aurora
Los pies descalzos de la incertidumbre rocían tus pulmones con fumigadores de exceso
La hierba también crece en los recovecos de la perseverancia
mientras por las mejillas de las estatuas se desliza la humedad de tu nombre
miércoles, 20 de octubre de 2010
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