lunes, 30 de agosto de 2010
Crimen
Entonces, los vió, al principio no dio crédito...pero los vió..decenas, cientos, confinados o paseando sus peguntosas extremidades por las ventanas, brillando en sus membranas destellos fantasmales, manchando lentamente las superficies con sus jugos, blandos, irregulares, arrugados, hediendo, por las esquinas, por las plazas, disimulándose furtivos por entre cortinas de penumbra. Los vió, observó como ellos, nonchalantes sacos globulares, también le observaban, silenciosos, al acecho, agitando rítmicamente sus organos.
Trató de huir, lo intentó. Puso su programa en centrifugado, descargó su peso sobre la primera puerta que halló y trató de disimularse, trató de ocultarse en ese sitio que parecía ser un dormitorio donde algunos vagabundos retozaban desenchufados. Silencio. Pasaron los segundos como condenas. Algo más tranquilo, acurrucado, echó un trago de Vernell. Esperó más. Pero, ah Balay!! Descuidó la segunda puerta... date la vuelta, grito yo!!!, pero mis palabras distan en tiempo y espacio de la realidad acontecida ya, irremediable. Yo solo narro lo que pasó. La sombra del asesino, recortada en su parte trasera. Cuento el destornillador, la sombra oscura del arma, ávida, voraz. Las cuchilladas, las dentelladas, atravesando su vida, inocente ante la destrucción. El gesto roto de su tambor, extático grotescamente a cada tuerca sajada. Mares que fueron cable y plástico a borbotones, sobre el suelo. Luego, la calma. El armazón metálico expuesto a la noche sin luna, abierto, como una palabra sin sonido, al universo, que ignora, que es, sin más....
Por eso no paso por ese lugar, trato de esquivar el sitio. Todavia se cuentan historias escalofriantes de lo que pasó en Muebles Muchamiel.
Haikus lunáticos
siento tu voz
sigo siendo diferente
Solo dicen que no es así
pensar
no es lo que parece
La perdida de la gravedad comporta
un sueño
Océanos y Delfines; el Mar
Dulce sonrisa que acecha
un ácido
el frío de Madrugada.
domingo, 29 de agosto de 2010
El lagarto y la peonía.
- ¡Soy feliz porque sigo mis instintos! –se le oía decir por las tabernas.
Cierto día, en uno de sus peregrinajes diarios cuyo único fin era, lejos de la búsqueda del placer, dar pábulo a sus hábitos malsanos, su estupidez ofendió a un humilde monje que se hallaba disfrutando de un buen cigarro y una cerveza muy fría a la espera de una mujer espontánea y bonita.
- ¿Qué son los instintos? –le preguntó socráticamente.
La imagen deformada del esperpento miró al monje con desprecio y le dijo:
- ¡Hacer lo que me dé la gana!
El monje inspiró profundamente, desde los talones hasta las clavículas, y el oxígeno regó generosamente sus músculos y su sistema nervioso. Sonrió francamente satisfecho. La estampa humanoide entenebrecida por el vicio trató de imitarlo, pero su respiración apenas llegó a la parte alta de un pecho agitado para regresar con urgencia buscando pronta salida por la garganta. La extraña torsión que era su boca tosió y escupió oscuras flemas.
- ¿Consideras instintivo comer en exceso, embriagarse de continuo, fumar sin medida, dormir a pierna suelta o masturbarse sin gracia ni misterio?
- ¡Yo no soy voluntad! –respondió contradiciéndose.
Las respuestas eran rápidas y atropelladas. El monje, sin embargo, no tenía prisa por conversar. Escogía las palabras como quien selecciona las flores por su aroma o color. La calidad era el fruto de su sosegada siembra. El otro le retaba con la mirada mientras consumía restos de cerveza tibia de vasos abandonados y colillas medio apagadas del suelo. Ninguna cantidad le satisfacía.
- ¿Has oído el canto del búho en la noche profunda? –le preguntó el monje con toda la calma del mundo en su voz–. ¿No crees que, al cesar su canto, la noche es aún más profunda?
La pregunta produjo un efecto ya olvidado por los músculos faciales de aquel esclavo de sus miserias. Tendones y tejidos hacían auténticos esfuerzos malabares para sostener una expresión de diligente y correcta atención. Hacía mucho que su mente no regresaba a un punto de origen.
- Más profunda… –repitió para sí, relajándose progresivamente mientras su consciencia comenzaba el viaje hacia un lugar hasta ese momento insospechado.
Aprovechando el instante ambiguo entre la razón y el fluir, el monje le propinó un puñetazo con fuerza en la mandíbula. El cuerpo cayó sentado en un taburete dispuesto a tal efecto por la providencia. El monje se acercó a su oído y le susurró:
- En el arte de vivir, lo que hacemos no es lo importante, sino lo que no hacemos y, sin embargo, existe, es real y tiene grandes consecuencias para nosotros.
sábado, 28 de agosto de 2010
Cuento casi interminable
El ajedrez
Restos arqueológicos de piezas pertenecientes al juego fueron halladas junto a las apariciones de las primeras sociedades humanas. Fines religiosos o juegos para comprender más hondamente la complejidad de la vida y sus riesgos. Reglas basadas en el azahar de una calculada estrategia o simples tramas para eludir el tedio.
El hilo de las eternidades muestra fechas y lugares diversos donde su origen se confunde. Contrastados eruditos han atribuido su invención a diversas civilizaciones: Griegos, egipcios, hebreos, babilonios, escitas, chinos, indios, persas, árabes, cayeron en el deleite de su embrujo. Personajes imaginarios que una vez el tiempo soñó, se abocaron también a interminables partidas. Lejanas e ilustres figuras alabaron la belleza de su magia: Xerxes, Salomón, Aristóteles, Hipócrates, Aladino y un sin fin de rajas, visires, sultanes sin olvidar al propio Adán, quien según textos hebraicos, hacia el final de sus días, disputó la primera partida contra su sombra sirviéndose de huesos humanos.
Interpretaciones fidedignas basadas en antiguos textos chinos sugieren que su origen podría estar basado en un primitivo juego de adivinación. Una intrincada relación de símbolos establecidos para tratar de predecir el avenir. El juego cobraría forma bajo el reino de Wu Ti hacia el 560 d.C.
Un emperador de la corte dinástica de los Zhou dominaba en aquella época el noroeste del país. Estaríamos hablando del libro titulado“T`ai ping yu lan” cuya edición más antigua data del 984 d.C, algo que nos lleva a suponer que el emperador descubrió el Hsiang ch´i, (nombre con el que se designa el ajedrez en chino), describiendo las piezas y sus desplazamientos como ingeniosas traductoras de los movimientos del sol, la luna y las constelaciones.
Aunque existen pruebas inequívocas que demuestran que este juego formaba parte de las costumbres de la China milenaria, la mayor parte de historiadores piensan que el ajedrez nació en la India. Puede que incluso antes del siglo V.d.C. A pesar de que son pocas las pruebas sobre el la existencia del Chaturanga, esta afirmación puede sostenerse sobre el estudio de diversas autoridades árabes, quienes entre los años 632 y 651 conquistaron el imperio Sasánida. Según esta visión, la India fue la cuna indiscutible del ajedrez y sirviéndose de diversas rutas, lograría expandirse tanto hacia el norte como hacia el este.
En una colección de cuentos persas escritos a principios del S.VII titulado “Chatrang-namak”aparecen numerosas menciones al juego. Cuatro siglos más tarde, el célebre poeta persa Abu Kasim Mansut, más conocido bajo el nombre de Firdawsi, también cuenta historias similares en su asombrosa epopeya, el "Shah Namab", traducido como el “Libro de los reyes” donde el juego es el absoluto protagonista y las fichas de su tablero, los diferentes reyes y sabios que cayeron prendados de la exactitud y de su elocuente belleza. La locura del abismo otorga al poeta Firdawsi un curioso relato que transcurre hacia el 531a. C En él, podemos leer como un rajá indio envió al rey persa Khosro I un regalo. El rajá indio era consciente de que Khosro I poseía todo cuanto puede anhelar un hombre. Elefantes, palacios, beldades... pero aquel juego llamado ajedrez, dejaría al rey asombrado, además de plantear le un enigma absorbente. Gracias al ministro Wajurgmitr, el rey persa no sólo le devolvió el desafío sino que le mandó una carta acompañada de otro regalo. Se trataba también de otro juego, el Nards o backgammon, que a su vez encerraba otro enigma.
Las descripciones que encontramos en estos relatos persas hablan de un juego basado en un tablero de sesenta y cuatro cuadrantes donde se enfrentaban dos adversarios. Las piezas se componen de soldados, elefantes, carros, caballos, y por último un consejero ciego y su rey.
Recientes encuentros arqueológicos sostienen la hipótesis de que el ajedrez fue concebido por los persas antes de la conquista árabe que tuvo lugar en mitad del S.VII. En 1977, siete pequeñas esculturas talladas en marfil y pertenecientes al juego, fueron encontradas en la antigua Samarkanda, hoy Uzbekistan. Los estudios químicos demuestran que debieron ser construidas antes del SVII.
Su estética es muy similar a las figuras descritas por el poeta Firdawsi en su epopeya. Las figurillas incluyen un Shas, (un rey), Un farzin, (un consejero), un pil, (un elefante) , un asp,(un caballo), un rukh, ( un alfil), y un pujada, ( un torre) incluyendo el valioso regimiento de peones.
Los escritos persas el Chatrang-namak y el Shah Namak presentan numerosos puntos en común con un texto sánscrito del S.XII, el Manasollasa, una especie de manual dedicado al ajedrez.
Fue en este manual donde me deleite con una historia que ahora yo quisiera relatar les, y así, quién sabe, ustedes contarán a su descendencia y ésta se pierda para siempre en las esferas concéntricas del tiempo.
Cuenta la leyenda que un rey del lejano oriente se encontraba postrado en su lecho de muerte. Sus bellas hijas y su adorable esposa rodeaban el camastro donde agonizaba el fastuoso rey. Habían probado con él todos los remedios posibles, le habían suministrado todas las recetas conocidas. Los médicos y doctores de la corte se mostraban desconcertados ante el suceso, pues nunca antes en sus dilatadas carreras, habían encontrado una enfermedad tan escurridiza y extraña. Una tarde, se presentó en palacio un bufón. Era un hombre diminuto y contrahecho, cuya sola visión provocaba la risa a quien lo veía.
Vete de aquí, mugroso! Le increparon los guardias- ¿¡Crees de verdad que es momento de juegos y chanzas, estando nuestro rey al borde mismo de la muerte?!. Continuaron diciendo los esbirros.
Precisamente de eso he venido a hablarle al rey. De un juego que...
Pero no le permitieron seguir hablando, lo secuestraron, y lo arrojaron a una de las profundas mazmorras que se hundían en el vientre del palacio.
Esa misma noche una de las torres del palacio se derrumbó, debido a un inconcebible efecto sísmico.
A la mañana siguiente, un caballero se presentó ante las puertas del reino. Uno de los vigías confundió el uniforme desde lejos, y pensando que se trataba de un enemigo lo atravesó con su cerbatana.
Pasados unos cuantos días, el mensajero real recibió una extraña carta. Era una carta del reino enemigo, escrita con el puño del mismísimo invasor. En ella quedaban impresos un complejo sistema de códigos cifrados con números y letras entremezclados. Cuando los escribas consiguieron por fin descifrar el intrincado jeroglífico, era demasiado tarde para salvar la partida. La suerte del rey estaba echada. El jaque mate era inminente.
El hermano tonto de Ockham
El misterioso caso del pijama humeante
La ciudad de queso
Verticalidad del durmiente
viernes, 27 de agosto de 2010
Inquilino de octubre
Titiritero de frío
El hombre de tus sueños
viernes, 20 de agosto de 2010
Nosotros, que rebosamos talento
miércoles, 18 de agosto de 2010
Historias del dojo. Roku.
Los shugyosha.
Ieyasu era un hombre muy inteligente, de origen campesino. Lo primero que hizo fue crear un sistema de castas, para evitar que cualquier otro campesino pudiera alzarse con el poder como había hecho él. Tales castas fueron: los samurai, los artesanos, los campesinos y los comerciantes. Quien naciera en una familia samurai, sería educado como tal. Quien naciera en cualquier otro seno, tendría prohibida la posesión de armas. La clase dirigente sería la samurai. Esto acarreó muchos problemas, porque relegar una casta de guerreros a labores de administración, que eran las necesarias en un periodo de paz, no resultaba fácil. Por ello, muchos samurai declinaron las ofertas para trabajar en las labores del nuevo gobierno y se dedicaron exclusivamente al camino de la espada, convirtiéndose así en shugyosha (shugyo es un término que se refiere a entrenamiento y austeridad).
Los ronin se parecían a los shugyosha, pero no eran lo mismo. Un ronin era un samurai errante que se había quedado sin señor por la muerte de éste. Muchos de ellos se daban a la mala vida, al robo y al asesinato, para sobrevivir mientras esperaban que estallase nuevamente la guerra. Algunos recibían cómodos estipendios de algún que otro señor feudal, bajo el contrato verbal de que estarían de su lado en caso de una futura guerra. Para evitar esto, Ieyasu ordenó a los daimyos más importantes la construcción de grandes infraestructuras a lo largo y ancho del Japón. Éstos no podían negarse, puesto que debían acatar las órdenes del nuevo gobierno y porque además el plan era más que necesario en un país devastado después de siglos de guerras civiles. De esta manera Ieyasu consiguió que sus enemigos gastaran el dinero en obras públicas en lugar de invertirlo en mantener y ampliar grandes ejércitos. Además, se ganó el favor del pueblo, harto ya de vivir al arbitrio y capricho de las guerras entre señores.
Un shugyosha, en cambio, era también un samurai sin señor, pero por propia voluntad. El camino del shugyosha es el camino del guerrero sin rendir cuentas a nadie. El hecho de no luchar por la causa de un señor importante era señal, entre los samurai, de pequeñez de espíritu. Luchar por uno mismo no merece la pena, se pensaba. Sin embargo, los shugyosha únicamente estaban interesados en sí mismos, en su autodisciplina diaria, en el perfeccionamiento de su técnica, en la búsqueda de una moral elevada y, en definitiva, en su continua superación personal en todos los aspectos. Como dice el Bushido, código deontológico samurai, lo único que debe importar a un guerrero es su impecabilidad: ser absolutamente impecable en absolutamente todo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcSANOodt63pjTpdjEL9yMl0H3fbXiSplTBzyNhLVQ5phJNCbIaYdFDKVMcyEAZzduLulON0GN0YpwpEs5bBGKL3ghIAv067mYDRceBALn2AM-cQo4pgDaMGSKguSDrC8rLULac2dLKZ4/s320/shugyosha.jpg)
El shugyosha se hallaba en el suelo de la calle cubierto de barro, anonadado por la lección que acababan de darle. Asumiendo su inferioridad, se levantó calmosamente y caminó hasta abandonar la aldea, no sin antes haberse fijado un nuevo objetivo en su vida: vencer a aquel anciano, a aquel magnífico guerrero.
Entrenó duramente durante el plazo de un año, sin dormir ni un sólo día bajo techado, golpeando la corteza de los árboles hasta que su piel era puro callo, aprendiendo la humildad y la grandeza de los ríos y las montañas, cazando osos con sus propias manos y no perdiendo ninguna oportunidad de ponerse a prueba. En una ocasión encontró a unos viajeros que habían perdido la rueda de un carromato. Él se ofreció a hacer de rueda durante varias jornadas, levantando una parte del carro a pulso y caminando así durante kilómetros. En otra ocasión encontró un lago de agua helada. Rompió la parte superior con sus terribles golpes y buceó por el fondo del mismo, bajo la premisa de que si no sobrevivía a eso tampoco sobreviviría al camino del guerrero. Cuando sintió que estaba preparado, volvió a la aldea donde había sido ridiculizado.
Al llegar a la taberna, abrió la puerta y divisó al viejo, al mismo que le había vencido, sentado en el mismo lugar y en la misma posición.
- No me he olvidado de ti -le espetó-. He entrenado sin descanso durante las cuatro estaciones. He sometido mi cuerpo, mi mente y mi espíritu a las pruebas más duras, y creo que ahora son una sola cosa. A lo largo de este tiempo mi única obsesión ha sido derrotarte. Soy cien veces mejor guerrero que hace un año, pero dado que tú eres un año más viejo y más lento, estoy dispuesto a ser clemente si te niegas a combatir y aceptas mi superioridad.
El viejo soltó una carcajada prístina, como si acabara de descubrir la risa. El shugyosha esta vez no iba a dejarse derrotar emocionalmente. Respiró con calma, tomó una buena posición y atacó con toda su pericia. Tal y como le ocurriera la última vez, el viejo lo esquivó y lo sacó del local con una diestra y rotunda patada en el trasero. Después volvió a sentarse donde estaba, cogió su tazón de sopa de mijo y masculló:
- Yo también he estado entrenando un poco.
domingo, 15 de agosto de 2010
Tirant Lo Trobador.-1
Tirant lo trobador es el veritable heroi d'aquest poble sense patria, donçs a un poble sense patria no hi calen herois de cap altra mena. Jo me'n aní assabentant de la seua historia amb els anys i els viatges. En qualsevol fonda, plaça, fleca, font, de cualsevol poble gran o petit, hi he trobat sempre la seua ombra reflectida, que sempre esdevé quelcom magic.
Aleshores, ¿Quí es Tirant Lo Trobador? Bo: jo ara vos diré quí pensem que es nosaltres, els habitants del pais de Oc, i açò precissament, es el que vull contar-vos hui per a començar aquesta historia sense trellat, tan dificil d'abastir.
Encara que existisquen diferents versions e histories a cada poble, totes coincideixen en el mateix principi: Tirant Lo Trobador "comprengué el significat de totes les cançons". Que vol dir la gent quan diu això, ja no es tan facil de captindre. El poble es molt més subtil i savi de lo que no es pensen els il.lustrats, i així ho conten a tot arreu: Tirant Lo Trobador va comprendre el significat de totes les cançons, i, en la seua lluita desigual envers l'eternitat, donat que fou el mes gran i mes desconegut creador de cançons que mai existí, va acabar per caure atrapat pel silenci. Altres diuen que ja no canta perque cremá el seu cor per a sempre quan la seua jove i bella estimada se'n va anar amb Lo Comte de La Plana per a casar-s'hi, un home vell, lleig i malvat que la tragué de la pobressa i se la endugué al seu castell , pero jo pense que aixó son histories afegides que ara no venen al cas.
Jo sé que Tirant no deixá mai de cantar, pero li va esdevindre una realitat paradoxal: Tirant Lo Trobador, fill, net i besnet de trobadors, socarrel dels primers trobadors de Oc que tragueren per primer cop la música dels murs humits i porigossos de les esglesies, gos-pigall per als cegos, deitat per als sarraíns, somriure per a la nisaga infinita de xiquets descalços i esquifits, Tirant, lo trobador de trobadors, era tal la cançó que tenía aturada a la gola sense eixir, que preferí deixar de cantar mentre no trobés la seua cançó.
sábado, 14 de agosto de 2010
Hoy bautismo, mañana gol
jueves, 12 de agosto de 2010
Los mejores poemas
MORDIENDO EL POLVO
viernes, 6 de agosto de 2010
Resistir es vencer
manosearás cada átomo de la materia.
Los relojes han muerto.
Sin embargo, tienes que resistir,
porque
resistir
es vencer.
Aún tendrás que atravesar un millón de pasillos,
firmar un montón de papeles,
desenroscar tuercas, perseguir muelles,
y ladrar desesperado hacia la noche.
Pídele a la noche que te convierta en hombre-lobo.
Pídele a la noche que te convierta en cabra.
Pídele a la noche que te convierta en musgo.
Mira a la luna fijamente
tienes que resistir
mira la luna
y pídele a la luna que te convierta en musgo,
pídele a la luna que te convierta en cabra,
pídele a la luna que te convierta en hombre-lobo.
Todas las puertas que existen son puertas abiertas.
Todas las ventanas que existen son ventanas abiertas.
Pídele a la luna el gran mediodía de los relojes muertos.
La luna y la noche
obedecerán tus palabras.
Sólo te escucharán los árboles,
pero lo harán para siempre.
Resistir es vencer.
Lo sabes porque fuiste errabundo de los caminos.
Yo concluí tu sonrisa en verso.
Fui yo quien te convirtió en poema.
Mira mis manos:
con ellas pinté la aurora que se deshizo en tu rostro,
tu rostro pálido, tu rostro de nieve.
Corre! Escapa! Álzate gigantesco,
proclámate: manifiéstate:
seguro que ayer vinieron a tu casa
los hombres con pico de pájaro
y te dijeron
que es imposible
que pueda volar una piedra,
y les creíste.
Después de esto fuiste a un restaurante.
Te sirvieron como cena
el supuesto sentido de tu vida.
Llegará el gran mediodía:
así lo dicen todos los augurios.
Seguro que ayer vinieron a tu casa
los hombre con pico de pájaro
y te dijeron que vuelan las palomas.
Tú les creíste, y por eso, sienes de cuarzo,
mármol concluido,
por fin
las babas de un sucio dios esquizofrénico
que habita alguna dimensión incognoscible
pero un dios al fin y al cabo
que escupa sobre tus cenizas.
No creas en los hombres-pájaro
cuando les veas regresar de la taberna
con las alas desplegadas.
La paloma y la piedra son la misma cosa.
Por eso, tú ,siempre canto rodado,
marfil recóndito, llavero de prostituta,
parche de tuerto, tatuaje de presidiario
después de tantos y tantos años de cárcel.
Aún tendrás que dar cuenta
de tantas ala
de tanta luciérnaga esculpida sobre ti
cada amanecer que se deshizo
cada luna enhebrada
a la que le pediste ser musgo, ser pez,
ser hoguera, ser cabra, ser hombre lobo,
ser perro infinito de tus ojos preciosos.
Aún te acosan deudas que pagar,
ciudadano número N,
dos multas por ir en metro sin billete
y una por consumo en vía pública
de lechuga
catalogada como ilegal.
Tus sueños: perro-piscina, perro-pecera:
lechuga ilegal
tu camisa
lechuga ilegal
tu casa
lechuga ilegal
tu máquina de escribir
lechuga ilegal.
La lechuga y la camisa.
La casa y la máquina de escribir,
paloma y piedra: todo la misma cosa.
Pero no habrá, sin embargo
quien encadene una palabra.
Todas las puertas que existen son puertas abiertas.
Todas las ventanas que existen son ventanas abiertas.
Sabes que desde siempre
desde que para tí el mundo se hizo mundo
ningún elefante te contempla.
Has venido a buscar a Garcilaso a casa de Huidobro
pero no te preocupes
somos hermanos
siéntate, pasa.
¿No comprendes que cuando llegue el gran mediodía
tu lechuga ilegal, tu máquina de escribir, tu camisa,
y le pedirás a la luna y a la noche
convertirte en lobo
usurpador de ninguna puerta
ninguna ventana
donde está el límite de la imaginación humana?
Resistir es vencer.
La luz de la mañana es extraña
y trae una canción misteriosa
con unos acordes que nunca habías escuchado.
jueves, 5 de agosto de 2010
Declaraciones de un soñador terminal
Ignoro de quién me estoy escondiendo, pero sé que no nos encontraremos nunca. El mundo es demasiado grande, y yo nunca salgo de casa. Y es que, cada vez que pongo un pie en la calle, a los pocos minutos, estoy sucísimo de esperanzas.
Nunca he soportado estar hambriento y que el destino me tire migas de pan. Siempre que ocurre esto, yo, muy dignamente, me aparto del camino. Nunca he soportado la sed extrema, pero mucho menos, la presencia irreverente que tiene un vaso de agua en medio del desierto. Siempre que ocurre esto, prefiero pasar de largo, arrastrando mi sed infinita, e imaginar mi propio oasis mientras camino.
Yo soy quien dice cuándo, quién y cómo. A veces, por puro enfado con el destino, orgulloso, he dicho: “pues ahora soy yo el que se va a esconder”. Yo no soy un ave de rapiña. Nunca me llevaría un alma cualquiera a la boca, y menos si es la casualidad la que me la trae a la mesa.
La mayoría de la gente vive atrapada en su visión superficial del mundo. Muy pocos son capaces de reconocerme. Yo tampoco me reconozco. Para mí, es como si yo no existiese.
Los suicidas tienen mucha menos valentía que los soñadores, aunque ambas maneras de tomarse la vida son parecidas. Para soñar despierto hay que tener mucha fuerza. Es como golpearse una y otra vez contra una pared. Llega un momento en la vida de todos los soñadores, en el que ya no pueden más, cuando, tras tantos golpes, sus cuerpos y espíritus quedan inservibles. A mí ya no me queda más que hacer. He soñado demasiado fuerte y demasiadas veces: ya me he destruido por completo.
A menudo tuve que aguantar la condescendencia de los que se llaman a sí mismos “realistas”. Gente que a su desencanto le llama madurez, gente que a su aburrimiento y a su aceptación le llaman “realismo”. Como ellos son incapaces de sentir la vida con tanta intensidad, les parece risible mi corbata.
Parece que llegará un día en que la gente sea toda tan “madura” y “cabal”, que ya nadie tendrá sentimientos. Los sentimientos pesan, y los falsos realistas quieren sentirse ingrávidos, como si la vida fuera eterna. Pero la vida no es eterna. Hay que soñar. Hay que elegir.
Ahora ya no tengo fuerzas para nada. Ya estoy muy cansado, aunque sea tan joven, ya he destrozado mi frente y mis manos. Ya no puedo seguir soñando. Tampoco puedo vivir, no se me da bien. Lo único que puedo hacer a partir de ahora es soñar que sigo soñando, aunque ya todo sea mentira.
martes, 3 de agosto de 2010
La máquina de lo evidente
A la mañana siguiente, sintió que algo jugueteaba con el vaso de agua. El movimiento nervioso de una sombra y un débil tintineo lo despertaron. Un mono bebía del vasito con pequeños sorbos, ayudándose con las palmas de sus diminutas manos, mientras jugueteaba con el ojo inerte. Saltó de la cama con la brusquedad de un atropelló, como si la cama, en ese preciso momento, hubiese frenado de golpe. Cayó al suelo envuelto por las sábanas de lo asombroso. El mono se quedó inmóvil, como si fuese la réplica de un dios olvidado, mirando desde sus ojos amarillos y gigantescos al centro de su corazón. Eran unos ojos que no apartaban la mirada, ni parecían tener párpados. Se incorporó como pudo, pero continuaba sin poder dar crédito a lo que veía su ojo. Se giró, buscando con hambre el espejo de su armario. Su rostro blanco, sudoroso y ahuecado, mostraba la crueldad enajenada de un reflejo tuerto. Rompió el espejo de un puñetazo, en una mezcla de rabia y rechazo contenido.
Los cristales cayeron al suelo; y el mono alarmado, trepó con una agilidad sobrehumana por las cortinas hasta lograr encaramarse sobre la lámpara que colgaba del techo. Desde allí, se balanceó entre horrorosos y agudísimos chillidos que amenazaban con estallar sus tímpanos.
Salió corriendo del cuarto poseído, y se dirigió hacia la cocina. Cerró la puerta, y allí trató de recuperar el aliento. Deseaba llamar a alguien, pero no sabía a quién. Le sorprendió el detalle de que el desayuno estuviera preparado. No sólo por el hecho de que vivía sólo, sino porque nunca desayunaba. Había eliminado ese hábito desde hacía años. Junto al café y las tostadas, el periódico quedaba abierto por la sección de cultura. Una noticia destacaba sobre el resto. Ésta se mostraba enmarcada dentro de un grueso círculo rojo. El titular señalaba el veredicto del último certamen de relatos convocado por la más prestigiosa editorial del país, y su nombre aparecía como el claro vencedor. Junto al titular, descansaba una foto en blanco y negro, en la que pudo verse a sí mismo, luciendo un ridículo parche que le cruzaba la cara. A su izquierda, el dueño de la editorial le hacía entrega del suculento cheque, pero su mano derecha sostenía un extraño trofeo. Se trataba de una curiosa estatuilla tallada en bronce con la forma de un pequeño mono.
lunes, 2 de agosto de 2010
Lilith, la primera mujer.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE-AT7O3_wHzy3npZfxbiuF6TZla1kk6HEqxAkkYMEn7PgdEzj7wo0qtZXRjK_2qcjyuBxZzDiPo8zEMS2GGQ3DAkYbbn3DUenSscU5fFPXJ1mnCpGKCdAlNcL5E9gXWI-yYrEiQCmGpY/s320/cjLilith%5B1%5D.jpg)
Luego, en el Capítulo Dos del mismo libro, se describe lo que parecer ser otra versión en la que el hombre existe desde el principio pero la mujer no. Entonces, un buen día, Adán está "poniendo nombre" a todas las bestias del paraíso, las cuales se le presentan por parejas, y "no encuentra ayuda para él". Entonces Dios dice aquello de: "No es bueno que el hombre esté solo" y, mientras Adán duerme, de uno de sus costados crea a la mujer.
Para tratar este tipo de confusiones, los judíos escribieron textos paralelos, llamados Midrash, que vienen a ser exégesis (interpretaciones) del antiguo testamento. Estos anexos, también muy antiguos, sirven para ayudar a estudiar y comprender los textos sagrados. La historia de Lilith es especialmente controvertida.
Según una de las interpretaciones, al principio "Dios crea al hombre a su imagen y semejanza" es decir, andrógino: "lo crea hombre y mujer". Pero Adán siente celos del amor que demuestran los animales con sus parejas y, tras copular con todos por turnos (en aquellas épocas la zoofilia entre la pastoral tampoco es que llamara a escándalo), no encuentra satisfacción y pide a Dios una compañía. El creador separa su criatura con dos caras y la dota de dos espaldas. De esta manera el ser humano se separa en dos géneros, pero sin estar uno sometido al otro, sino dos sexos iguales en rango, Adán y Lilith.
Otra de las interpretaciones no habla del ser andrógino, pero dice que Dios crea a Lilith del polvo y del barro, al igual que hizo con Adán, según se cuenta en el relato de la creación del Capítulo Uno del Génesis. Después, en un segundo intento por darle compañera, es cuando toma su costilla (Capítulo Dos), para construir un ser femenino sumiso y dependiente de él: Eva. Veamos por qué Dios se ve obligado a crear una segunda mujer (en otras interpretaciones, hay más de dos intentos).
Lilith no es lo que se dice "una buena esposa". Se ríe de las torpezas de Adán, no obedece sus órdenes y, cuando llega el momento del sexo, ella se niega a ponerse debajo. "¿Por qué debo recostarme yo, si somos iguales?" A Adán no le satisface esta mujer, pero lo que es más importante en este relato: a ella no le satisface Adán. Finalmente es Lilith la que se cansa de tantos intentos de dominación y decide abandonar el paraíso. No se lleva nada, ni siquiera una hoja de parra, porque su desnudez la hace sentirse segura. Llega a las orillas del mar Rojo, donde vive una comunidad de demonios, y se queda a vivir con ellos, quienes no le ponen pegas para copular como ella quiera. Entonces tiene muchos hijos y se la llega a conocer como la madre de los demonios.
Mientras tanto, Adán está comiéndose los mocos en el paraíso por no haber sabido tratar a una mujer. Frustrado e impotente, implora a Dios, clama al cielo y consigue que éste mande a tres ángeles a buscar a Lilith. Sin embargo, los esbirros no logran convencerla. Entonces Dios, siempre tan comprensivo, la amenaza diciendo que matará a cien de sus hijos cada día si no regresa al paraíso con su marido. Lilith contesta que prefiere cumplir esa condena antes que volver con un hombre como Adán o que sufrir el mandato divino. Desde entonces, cuenta la leyenda que Lilith roba todo el semen que los hombres desperdician y también se lleva a muchos recién nacidos para cubrir su cuota.
Tras chocar contra la irremisible rebeldía de Lilith, Dios crea a Eva, una mujer recatada y obediente que sí satisface al primitivo Adán.
En cualquier caso, la figura mítica de Lilith es más antigua que los textos hebreos. El nombre proviene del acadio, hay representación sumeria en escultura y también se la emparenta con otras diosas babilónicas de la mitología. Sin embargo, la cultura cristiana, heredera directa de todo este proceso, la ignoró y olvidó por completo.