jueves, 12 de agosto de 2010

MORDIENDO EL POLVO

Y vosotros contáis el tiempo
esa sustancia mentirosa y sin nombre que pesa sobre nuestras espaldas
y que nos convierte en asalariados
en amputaciones absurdas y torpes

Con el viento caliente de la turbación molida
el viejo pervertido se toca el cipote
y yo estoy aquí para mancillar su pirueta
con el gozne imperfecto de mi sudor oscuro

También vivo atravesado por un agujero
y otras certezas que no me atrevo ni siquiera a formular
Pero quiero dedicar cada átomo cada movimiento muscular de mi espalda machacada al circo
y a la arena donde tantos payasos como yo acabaron aplastados por los ensordecedores aplausos de la plebe.

Mordiendo el polvo

Así como también quisiera arrancarme la rosa de los labios
y mearme sobre los listillos
y sobre los predicadores

Levantando un altar a mi carencia
a mi incapacidad innata
que como una fiel esposa rechoncha no ha dejado de atosigarme durante todo este tiempo que llevo confundiendo las costumbres con los hábitos

porque le debo casi todas mis derrotas
La constante gestión de mi perrera
y mi ser perro en mi yugo y mi habitación de montones de garabatos y esquivos retratos de cera y cartón piedra
para continuar lamiendo mis heridas en el rincón mugroso de la letra
de cada página

para así
precipitarme
en este abismo sin cara

y sospechar que dios tiene planes para ti
por qué dios tiene planes para ti
también
muchacho

Me dice el capataz del Polígono de las Atalayas
mientras me da palmaditas en la espalda con los ojos

Y yo miro al hueco negro del cielo
y levanto los brazos al cielo y le susurro muy despacio...

- pero señor otra vez...
no te aburres del mismo número

y Sisifo estalla en carcajadas
mientras me cubre con sus ojos azules
con su barba
con su mono sucio
y me convierte en otro mártir moderno

De nada sirven mis palabras

Yo no quiero un panteón en la Literatura de los colegios ni un pabellón de las Artes lucrativas
inaugurado por la listilla y la trepa de turno
Yo no quiero un papel en una película famosa que aplaudan las hordas
ni siquiera quiero un papel

No publicar no más sangre
no mas estertores no más pasillos no mas noches rotas en mi garganta

No mas pasillos tenebrosos no mas poetas malditos y negros enfermos solicitando una nueva dosis
no más discusiones interminables
no más coitos con chaladas que saquen su lista de restriegues de lija y te acaricien el lomo para convertirte en una estatua de sal herida por la fecundidad penetrante

No más calaveras sonrientes en las puertas tras los baños
No más hospitales ni mas niños en las filas de los ejércitos
No más cigarrillos apurados en las estaciones de metro subterráneas mientras me persigue el guardia
mientras me persigue el medico mientras me persigue el vigilante el delator el chivato el mal amigo el huele chotos el macarra el policia el desertor el dentista el geriatra el notario el sacamuelas el matasanos el verdugo el cura el sepulturero

Todos con sus impecables uniformes corriendo tras mi estampa

Yo soy Job
Yo soy Sísifo
Yo soy Caín
Yo soy Prometeo
Yo soy Cristo
Yo soy Lucifer
Yo soy tu padre
y me debes creer

mientras me hinco una astilla de la montaña de palés
que ha levantado mi crisma y mi cadera de acero con puas de espigón sobre el muelle de las Atalayas.


La nave es oscura pero más oscuras son las tripas de los camiones
allí donde el mozo debe penetrar con piedras de cartón sobre los hombros
Para conocer en sus propias carnes el infierno de los hombres
el calor
el espeso calor de los salarios humeantes
que dan ascuas vivas y sostienen las parrillas de la Historia

Chuletas para Urduk Chuletas para ti también Tutankamon y parrillada para Salomón
para Pio X para Luis XIV probad nuestra carne chamuscada de cerdo Fernando e Isabel Sabe bien la carne de cerdo verdad Napoleón tu puta madre
y vuestros dientes royendo los huesos de nuestro sudor

y las vísceras reventando entre los estrechos corredores de la muerte
girando lentamente
pollos y cerdos a la parrilla


Mientras mi uniforme empapado de sudor

Amor
día tras día
no hice más que esquivar la pesadilla de interpretar el mismo mito que interpretaron mis ancestros


- "Reconoce que estas seco que no tienes nada en las agallas
que te mueves como un comerciante de anillos
por los suburbios de la cobardía.

Anillos y títeres de carne
y los hilos de tu funebre estampa
cosiendo la paciencia con toneladas de esperanza forrada con plástico de embalaje.

Reconoce que la humanidad se levanta y se construye gracias al sudor de los esclavos
Besa la losa que sostiene tu cuna
Besala impertinente
Revienta contra el acero del espigón
Barreremos tus restos y otro ocupará tu lugar

Pero recuerda, muchacho
no te desalientes,
recuerda que dios tiene planes para ti

Que la memoria no se te funda por culpa de esas sirenas que taladran tus nervios

Mantén una mínima parte de tu cerebro sana
lo suficiente como para que te permita distinguir entre la luz y las sombras

no desfallezcas todavía
aún te quedan unas cuantas cajas que levantar

deliciosos planes muchacho
deliciosos planes
recuérdalo

compra tabaco
invierte en salud, muchacho
no seas tonto
no te dejes embaucar
y siembra con tu surco una planicie en los escombros

Sueña esta verdad y esta verdad se materializara en palabra"

Porque yo mismo vendré a bendecirla". - Me anunció el Ángel de los mercenarios. Un viejo guiñapo cosido a puñaladas y cicatrices que más que un ángel parecía un mugroso trapo de plumas y estertores. Era el más anciano trabajador que se conocía en la empresa. Ni siquiera el encargado recordaba el día en el que entró por primera vez. Alguien le había cosido con grapas unas alas a la espalda, y se tambaleaba cuando al tratar de elevarse por encima de la nave industrial, cayó de bruces contra el suelo y una sombra lo borró de mi mente.

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