sábado, 28 de agosto de 2010

Verticalidad del durmiente

Despierto con el corazón derribado
trizas
en el pálido aliento de la bodega
insertado al plasma de una cartografía ficticia
de domicilio y rostro
perecedero

Despierto con la oratoria fundida
esparcida por la mueca hinchada
de un ser atrofiado
por derribo
que pugna por alcanzar la verticalidad de la piedra
pero seguir siendo moneda en el pozo

Las venas abotargadas
de robar ilusión en los albores
como trayectos contaminados
de nicotina y secreto
impaciente

Despierto con la espalda molida
y la felicidad escuálida
cosida al jardín de mi ser penúltimo

Expulsado
de aquel edén absurdo
creado por mi sed oscura
repleto de imágenes inconexas y estúpidas y felices
que mi antropocidad irracional gestionó con absoluto despropósito

Despierto erecto
con una erección que no es mía
y que debe ser de otro
de nadie

Mis ojos enardecidos ante el mínimo
contacto con el aire
se abren como dos rosas preñadas de quirófano

El listín telefónico tallado en mi espina dorsal
mi obligación mi gerencia mi desayuno ejecutor

Me encuentro con las migas de lo soñado
que ya son las insignificantes migas de algo que no recuerdo
con mi torpeza y mi lentitud vegetal al atravesar el pasillo
que el sueño ha modificado imperceptiblemente


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