jueves, 12 de agosto de 2010

Los mejores poemas

Los mejores poemas de la literatura crecen en los nichos de las carreteras
debajo de los asientos traseros de los cines de verano
en los cuartos trasteros y en las enredaderas que cubren con su ternura la desnuda timidez de los escombros

Los mejores poemas de la literatura están sumergidos en las páginas de la fiebre
en la fricción diminuta del átomo
entre las sábanas del frío antártico y los cuerpos machacados por el salitre de los féretros

El ticket del metro
Los granos de arena
La nieve del trópico
la niebla de ciertas ecuaciones

porque los mejores poemas permanecen agazapados
armados detrás de cualquier esquina

enterrados en la despensa de un apartamento abandonado
siguiendo la corriente de la mierda y las subterráneas voces de las alcantarillas y los suburbios ardientes de los amantes que se odian a muerte y a plazos

Están escritos en las grietas de los edificios arruinados
en las jaulas de los pensamientos de las damas elegantes y pervertidas
que sostienen con sus delgados dedos los versos humeantes de la locura y la adicción recalentada

los mejores poemas tiemblan envueltos en una tenue luz rojiza
Cuando las bragas descienden y la ciudad huele a cianuro y a puerto ilegítimo y a mantel con migajas de soledad cuarteada y pan duro y cebolla de oferta y litro debravado

El ticket de las carnicerías es un poema
El parking de los almacenes periféricos es un poema
La fuente de la plaza ciega es un poema
La escoba es un poema
Tu cenicero es un poema
Ese vaso espectral con el que el sol se bebe la tarde de un sorbo es un poema
Los adoquines que llevan hacia el hospital donde ingresan a la conciencia anestesiada de tanto olvidar es un poema
La cara de tu madre envejeciendo imperceptiblemente es un poema

Vivo doloroso efímero
Los disparos de las aves trabajando sus nidos metálicos son delicados trabajos de orfebrería industriosa e invisible
La fontanería y el grifo que te permite humedecer tu perfil asfixiante
El balcón enfrentado a la noche y la máscara de la luna rodando por el lomo de la fría tierra

es una maquinaría perfecta cuyo engranaje encierra un latido espantoso

El ventilador persiguiendo tu perfil afilado con su cuchilla giratoria
Tus pasos empapados en alcohol tierno y los mejores poemas pudriéndose en el lodo
agonizando en las espumas de las horas
mientras tu mujer posa su mano en tu pecho y descubre que esta vacío
que es un pozo verde donde reptan los mejores poemas del mundo
y pugnan con su veneno por salir
convertidos en una amasijo de carne caótica

Tu viendo la televisión o escuchando la radio o leyendo el periódico o las manos de tu novio
y los mejores poemas cubiertos bajo la arena de los circos y las ojeras de los relojes ambulantes

los cuchillos y los naipes y las rebanadas de corteza letal también esconden poemas en sus cajones de carne
y la flauta del afilador
Y la madeja de ganchillo de tu abuela enterrada
todavía transita por las autopistas de tus sueños de fórmula uno y horror blanquecino

Bolidos

los mejores poemas existen
pululan
transitan
ardiendo en las ramas de los árboles
en el fondo de las copas

existen enajenados mentales que creen en ellos
y los persiguen sin tregua
por la superficie de lo innato

con fe de sicarios
con el rifle cargado de la munición metálica
con la sed de un condenado a pasear vestido de eternidad por los albores de la fin
el ámbito
o el resquicio de un plano inexacto
que se colara como una replica por el pliegue de la camisa de un susurro
del mundo y su alucinante espejismo ovoidal

Los mejores poemas flotan en los espejos
y las hormigas y las arañas los reproducen incesantemente
copulando con su baba y su antena inmanente

y la palabra sangrante y humillada restregando su invisible poder oculto
por la esfera acuosa de tu pupila
y la fe y el oficio de los sepultureros
persiguiendo con asco y hoces y hachas la triste figura de su fulgurante silueta

tallando la calavera que nos da forma y contenido

Los mejores poemas se ahogaron en un vaso de tinta
y sucumben al cuerno de la aurora
y el festín de los gusanos puntuales
lo festeja cada minuto que pasa

El olor de las panaderías cuando amanece es una simulación aproximativa
porque los mejores poemas se tumban en las orillas de las cosas
y acarician los objetos con invidencia de amapola
con urgencia de sigilo
con torpeza de estatua

se cuelan
traspasan
afilan
Los mejores poemas nos manchan las camisas
nos hacen llegar tarde a las citas ineludibles
y nos mesan los cabellos cuando estamos dormidos en las mazmorras razonables
y suspendidos viajamos en el bajel de los ahorcados y los calendarios negros de las semillas y las olas reproducen con fidelidad acústica las aristas ciegas de nuestros íntimos sótanos

Los trenes parten hacia los mejores poemas del mundo escritos en las vías entre lo desconocido y la costumbre
el asiento salvaje del horizonte inadvertido sacude el escote de las bestias relinchando
entre el sonido sordo de la nevera
y el sonido sordo de tu pulso

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